
La biología computacional, que incluye la bioinformática, utiliza algoritmos y computadores para entender problemas biológicos donde la información es tan vasta que aproximaciones tradicionales para el análisis no son opción.
Desde separar el genoma y analizar los genes, las proteínas y cómo estas se unen para producir enfermedades, hasta la investigación genómica de especies son algunas de las contribuciones de la biología computacional. Para fortalecer el desarrollo de esta disciplina en Colombia, los investigadores recomiendan establecer redes colaborativas. EAFIT aporta en el área, no solo con investigación, sino con formación de profesionales con este énfasis.
Al comenzar el tercer milenio, el 6 de abril de 2000 el estudio de la biología cambió para siempre cuando se conoció la noticia de la decodificación del genoma humano.
Ese hecho representó un hito en la biología. Mostró el esfuerzo de investigadores de varios países que en el libro Craking the Gemone, de Kevin Davis (director y fundador de la revista Nature Genetics), comparan este proyecto con la llegada del hombre a la luna. Incluso, el costo fue semejante, señala Javier Álvarez Correa, doctor en genética molecular e integrante del Grupo de Ciencias Biológicas y Bioprocesos de EAFIT (Cibiop).
“En el proyecto de genoma humano fueron secuenciadas las tres billones de bases nucleotídicas que conforman el genoma de cada célula del cuerpo. Es decir, que si las ponemos en un libro, llenamos miles de volúmenes y conformamos una biblioteca completa. Si quiero encontrar un gen de forma manual en esa inmensa cantidad de libros, me gastaría toda la vida y no lograría hallarlo”, explica Correa.
En ese contexto apareció en el mundo la biología computacional, que incluye la bioinformática, y utiliza algoritmos y computadores para entender problemas biológicos donde la información es tan vasta, que aproximaciones tradicionales para el análisis no son opción.